Ya que me comprometí conmigo
misma a hacer más o menos un registro de lo que estaba haciendo en el mundo del
noveno arte, me dedicaré en esta entrada a contar de las últimas traducciones que
he podido desarrollar en este último tiempo. Dudo tenga tiempo de hablar sobre
las últimas lecturas (¡Aunque hay algunas obras muy buenas!), por lo que en
esta oportunidad la dedicaré a las traducciones.
Mi último trabajo traducido fue
Witchblade Takeru: Manga. No, no es manga en sí, aunque es lo que llaman ahora “estilo
manga”. No veo cuál es la verdadera diferencia, realmente, ya que a mis
inexpertos ojos parece simplemente igual; podríamos señalar como “gran
distinción” que es de editorial norteamericana, pero el dibujo y estilo es
idéntico al japonés.
Traduje losnúmeros #5, #6, #7,
#8, #9, #10, #11 y #12 ―los últimos―, por lo que no conozco el origen de la
trama que me tocó leer. Por lo que pude apreciar, cuenta la historia de Takeru,
una chica de secundaria que por un motivo que seguro explican en los primeros números
es la portadora de una arma demoníaca letal: la Witchblade. Es un mundo de
demonios brutales y de hombres incluso más salvajes que se unen en el Japón
moderno.
Destacan los personajes de Kou,
el mejor amigo de la protagonista y poseedor de la legendaria espada Mata
Demonios ―sí, qué conveniente. Además de esta convenientemente genial arma,
también el chico es heredero de un amplio linaje de cazadores de demonios que
han luchado por generaciones para mantener los demonios a rayas. Otro personaje
interesante es Lady Fuura, una brutal demonesa con una trágica historia de
venganza y tortura.
La trama se centra en la chica y
su arma mágica. Todos querrán perseguirla: desde los demonios que la reclamaban
como suya hasta el subsecretario de Defensa de los Estados Unidos, quien será
una figura importante para entender el origen de la guerra. El final es
bastante agridulce y no me terminó de convencer, además que deja la posibilidad
de una continuación, pero al menos no es del todo simplón, aunque por pelos.
En lo personal, el cómic en sí no
me llamó mucho la atención. Hay poco diálogo y mucho énfasis en las escenas de
combate ―no del todo realistas― y en los atributos de la protagonista y, en
general, de todas las mujeres que aparecen en el cómic. No fue algo que
realmente quede en mi récord de obras memorables, pero es un trabajo más y para
quien le guste Witchblade, podrá disfrutar de los últimos números en español.
El manga, pese a ser esta vez de
corriente norteamericana, sigue sin agradarme del todo. Tal vez en otra
oportunidad podamos acercarnos un poco más.
Hasta la próxima vez x)
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