«Ay, mi bien, qué no daría
yo por ti,
Por tenerte un segundo,
alejados del mundo
Y cerquita de mí» - Shakira
***
Cerré los ojos un
momento y recordé otra frase que realmente se aplicaba a esa situación, pero no
dejé que realmente llegara a mi conciencia. Solo sabía que estaba allí, en mi
mente, circulando como una brisa suave en medio del verano. Parece como si solo
hubiese sido ayer que me dijiste que me amabas. Solo ayer cuando comprendí que
también lo hacía. Y realmente fue hace tan poco que te marchaste, sin realmente
irte…
Nunca vas a
desaparecer, es algo que parece grabado en lo más profundo de mí. Los días
avanzan y avanzan y aunque son tan escasos en comparación con el despliegue de
semanas, meses y años que hay frente a mis ojos, cerca del horizonte, son
pequeños pasos en un camino que recorro con una sonrisa adolorida.
No sé dónde
estarás, lo que harás, lo que pensarás o lo que estés sintiendo. Quizás estés
tan solo a mi espalda, aguardando por aparecer. Quizás nunca leas estas letras
o las siguientes o las que le siguen a ellas, pero los fantasmas están hechos
para ser eternos y para convertirse en compañeros silenciosos y cercanos en la
soledad. No mentiré. Ha pasado muy poco y te extraño como nunca, pero la noche
sigue siendo acogedora y misteriosa con tu presencia que solo se siente.
Te siento tan
cerca con cada letra que aparece en la pantalla y tan lejos cuando realmente
recuerdo lo que nos espera. Es extraño, ¿no? La tristeza se asoma, tomada de la
mano del dolor, pero es realmente la esperanza quien entra primero. Te siento
cerca cada vez que escribo, como si estuvieras, con tu rostro apoyado en mi
hombro, con una sonrisa burlona, cínica y adorada mientras lees. No imagino tus
ojos, pero sí tu mirada.
Te contaría de
mí, de lo que ha pasado, de las responsabilidades que me han impedido publicar,
de los plazos que me han hecho correr para alcanzar a terminar aquellos fanfictions que tan mal decías que me
quedaban, de los reconocimientos universitarios, de las historietas nuevas, de
las canciones que ahora se han convertido en tu huella, pero… no quiero hacerlo
realmente. No hoy, ni ahora. Solo quiero una noche solitaria a tu lado. Una
noche con tu fantasma, en donde simplemente sienta el estremecer de tu sonrisa
y alcance a acariciar tu mejilla que no está aquí.
Quizás todavía no
estoy lista para escribirte como un fantasma reincidente. Pero ya lo estaré,
porque escribir es lo que más me une a ti, porque siento que en las letras hay
un trozo de tu alma, de tu miedo, de tu valor, de tu sinceridad, de tus
mentiras, de tu amor, de tu odio, de tu lucha, de tu corazón fatigado, tu fuego
encenizado, tu intensidad, tu contradicción, tu obsesión, tu psicopatía, tu
cercanía, tu lejanía… tú.
Y por eso hoy amo
escribir más que nunca, aunque también se tiña de una tristeza, una esperanza y
una congoja que solo conocerán la luz a través de pequeñas gotas de tinta.
Quizás no sea necesario decirlo, pero… Te amo, ¿lo sabes? Sé que lo sabes. Solo
no lo olvides.
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