Bloqueada

viernes, 9 de marzo de 2012


No sé exactamente por qué no puedo terminar cada uno de los proyectos que tengo. Se acumulan, porque me niego a borrarlos y me avergüenza mirarlos, pensando en que no los he acabado. Es como un absurdo ciclo. Tampoco comprendo del todo por qué no me enfoco, por qué salto de una cosa a otra, por qué mi mente es un torbellino de pensamientos.

Quizás es porque nunca me había pasado. Siempre había cierto orden en mis ideas, cierta prioridad, cierta lógica. Ahora saltan unos a otros, se atropellan, se mezclan, retroceden, avanzan y no puedo realmente elegir ninguna. No puedo expresar ninguna. Y las páginas continúan en blanco. Y mi boca continúa cerrada.

—Solo eres perezosa —Escucho que una voz reprocha. Sonrío. Tal vez. Pero realmente no encuentro un punto de apoyo en este momento.

—Intentaré no serlo ¿está bien?

—¡Más te vale!

Y pienso en lo genial que es sentirse culpable por cada acción que realizo. Tiene cierta utilidad para obligarme a hacer las cosas que debo y quiero hacer ¿no? Sé que a veces me suceden estas cosas, estos bloqueos injustificables y períodos de tiempo en que hago muchas cosas, pero ninguna que me convenza del todo. Ciclos que se repiten.

—¡Menos filosofía y más trabajo! ¡Vamos!

Ruedo los ojos. Creo que es hora de intentar volver a escribir.

—¡Ya voy! ¡Ya voy!

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