Grito: Hermosa, fría y terrible

sábado, 18 de mayo de 2013


Es aquello que siempre he querido, pero que cada día parece más lejano. Es lo que tienen las noches frías, ¿no? Esas noches de resignación, en que simplemente todo parece absolutamente muerto. O quizás demasiado vivo. Cierro los ojos. Es el único escenario que puedo soportar en este instante. Solamente la oscuridad con chispas de colores.
Mis manos están congeladas y recorro mis dedos refrescando cada imperfección. Finalmente, me doy cuenta que no me he rendido, no por falta de motivos ―por inútiles que sean― ni por verdadera esperanza, sino por convicción. Casi ideológica. Un orgullo voraz que ahora, sin embargo, parece apagado y relegado a la pequeña llama de una vela.
No queda más que reírse, ¿verdad? Reírse e ignorarlo todo. Cerrar los ojos y soñar. Escribir y olvidar. Olvidar que existen otros que tienen lo que no tengo. Olvidar que existen segundos tras segundos que se derraman cada día y que jamás volverán. Olvidar es sencillo, ¿no?
Hace mucho que no pensaba en esa palabrita. Cuánta falta de coraje, ¿no? Cuánta falta de fuego, de pasión, de sentimiento. Me sonrío al pensar que todos creerán tener la respuesta y la solución, con palabras vacías, con promesas divinas, con miradas de conmiseración. No saben la respuesta. Nadie es como yo y todos son como yo. Yo no soy como nadie y soy como todos. Y no saben la respuesta.
«Dadme dolor real a fin de que el imaginario no me venza», dice la canción. Pero es peligroso desearlo, ¿verdad? ¿Será que mis demonios se volvieron más reales de lo que jamás habían sido? ¿O será que el tiempo simplemente los ha hecho más nítidos? ¿O que siempre han sido iguales, pero son mis ojos los que se agudizan cada día?
Ellos tienen lo que siempre he añorado. Todos la tienen. Dura. Difícil. Agonizante. Maravillosa. Intensa. Fugaz. Eterna. Joven. Vieja. Verdadera. Desconocida.
Hermosa, fría y terrible… vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Santa Template by María Martínez © 2014