La mirada en el espejo

martes, 25 de diciembre de 2012

Nota de la autora: Un posible prólogo o fragmento de un texto más largo e inspirado en recientes investigaciones. Un vistazo a un lado algo más oscuro u fascinante del ser humano.

***

"No es lo mismo sentarse a leer una novela en la que llueve que realmente sentir las gotas caer sobre ti y enredarse en tu cabello, empapando tu piel. 

No es lo mismo leer sobre las víctimas de un crimen, recreándose en cada uno de los morbosos detalles que ser una de ellas y que sea su piel la cortada, su sangre la derramada o su vida la sesgada.

No es lo mismo leer sobre la inteligencia del criminal y alabar su destreza, jadeando cuando parezca estar acorralado que ser tú quien deba escabullirse y huir para no ser capturado.  

No es lo mismo celebrar las victorias del villano y maldecir a los cabrones que atrapó y que se merecen su suerte que realmente ser tú quien sea el ejecutor y vea los ojos de esos infelices gritar junto a sus bocas.

Definitivamente, no es lo mismo escribir sobre un asesino que enfrentarlo realmente.

¿No es así, señor Navia?"

Cuando el escritor Víctor Navia terminó de leer el correo electrónico, sintió que era mucho más viejo a los cuarenta y siete años que tenía. Se tambaleó al levantarse, volcando la taza de té que tenía a su lado y temblando sin control. Y, por más que luchó por evitarlo, gritó y gritó hasta que el terror comenzó a fundirse con su propio sudor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Santa Template by María Martínez © 2014