Susurro: Escribir es inútil

lunes, 10 de diciembre de 2012

¿Para qué escribir?

Escribir no sirve para nada. Solo es un rincón de intimidad, de magia y emoción, es decir, pura basura. Es inútil querer pasar horas en una actividad que no solo aviva el intelecto, sino que sensibiliza el corazón. ¿Quién querría hacer algo así? ¡Vaya inutilidad!

Escribir es una pérdida de tiempo. Consigues unirte con tus propias emociones y gritar aquello que llevas guardado. ¿Para qué si es más fácil mantenerte en silencio? Es más económico y mucho más incómodo. Adora tus cadenas, para eso están hechas. ¿Por qué querrías liberarte de ellas frente a una hoja en blanco? 

Escribir es algo que todos pueden hacer. Con un poco de tiempo, cualquiera que sea alfabeto puede escribir. ¿Por qué intentarías jugar con el lenguaje y llevar tu mente y la de otros más allá de las barreras de tu realidad? ¡La realidad es la única digna de respeto! ¿Por qué intentarías enamorar y enamorarte a través de las palabras? ¿No sabes que no existe el amor? 

Escribir es algo que solo unos pocos consiguen. ¿Acaso crees ser como Cortázar? ¿Cómo Shakespeare? ¿O incluso como el más modesto de aquellos que han publicado en tu país? ¿Para qué vas a intentar luchar por tus sueños? ¿Para qué vas a intentar construir tu hogar y tu castillo con tinta? ¿Para qué vas a continuar avanzando con la frente en alto? 

Escribir no tiene ninguna utilidad práctica. ¿Por qué habrías de convencer a otros que leer es interesante y necesario? ¿Acaso crees que la imaginación, la innovación, el pensamiento crítico, la sensibilidad y la fantasía son cosas necesarias? ¿No te das cuenta de que no necesitamos seres humanos con una mente propia? ¿No te das cuenta de que necesitamos máquinas programadas para vivir sin un solo parpadeo, sin una lágrima o una sonrisa? 

Escribir es una tarea de vagos. No podríamos llamar de otra manera a todos aquellos que se pasan horas en busca de una palabra o recorren las calles en busca de una emoción. Es digno de perezosos y holgazanes el pasarse la vida en un castillo de letras, perfeccionando cada trazo y torturándose con el ritmo de cada palabra y la cadencia de cada oración. 

Escribir es para los débiles. Nadie puede negar que enfrentarse a los demonios propios sin más armas que una pluma y una hoja en blanco es una tontería para aquellos que se doblegan ante la realidad que ellos mismos doman. Sin duda, colocar las manos en el fuego de la soledad a través de una palabra y luchar contra los dragones de la melancolía y la cólera ardiente con una espada de adjetivos es de cobardes. 

Escribir es para sentimentales sin remedio. ¿Nunca has leído novelas negras o de terror? Allí el romance se palpa en cada página mientras tus manos se manchan de la sangre de las víctimas y tu aliento se acelera con la adrenalina del asesino que te espera en el siguiente parpadeo. Podrías aspirar las rosas en las calles plagadas por la pobreza y la marginalidad y susurrar un “te amo” mientras alguien ladra órdenes que te robarán la libertad y los sueños. ¿A que no es romántico? 

Escribir es recordar a cada momento que estoy atada a un fantasma y sonreír cada vez que su nombre resuena entre las paredes rayadas de mi ciudad. Escribir es sentirte vivo, aunque cada uno de los alientos de tu cuerpo parezca opinar lo contrario. Escribir es sonreír y llorar cuando la frialdad entumece cada uno de tus músculos y te empuja hacia una zanja de esclavitud e impotencia. 

Escribir es ira, es guerra, es paz, es amor, es temor, es valentía, es dolor y placer, es amar y odiar, es recordar que somos tú y yo, que podríamos ser nosotros, que tal vez nunca lo seamos. Escribir es simplemente el acto de colocar palabras una tras de otra de manera que, de un segundo para otro, cada línea frente a tus ojos consiga dar vida a un espectro que te mira y golpea tu pecho con la fuerza de las emociones que creías haber olvidado.

Escribir es lo único que podría tener sentido en una caverna en que puedo sentir la brisa del exterior, pero prefiero acariciar las cadenas que me atan a la piedra y sonreír a mis captores con una gratitud nacida del pecho débil de una niña. Escribir es amarte y recordar que seguimos corriendo hasta que uno alcance al otro y sea demasiado tarde para dejar de hacerlo.

1 comentario:

  1. Me ha encantado! me siento de cierta forma identificada, a veces escribir parece inutil pero es una gran salida, es entrar a otro mundo y llevar a otro... de poder te daria un +1.... espera si puedo! xD

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