Mundo del Cómic: Y, el último hombre

domingo, 13 de mayo de 2012

Pues aquí estamos nuevamente para una nueva excursión al mundo del noveno arte. En esta ocasión, comentaré un cómic que tuve el gusto de leer hace unas semanas y que me llamó bastante la atención. Se trata, como podréis haber adivinado en el título, de "Y, el Último Hombre", a cargo del guionista Brian K. Vaughan y el dibujo de Pía Guerra y Goran Sudzuka.

Este cómic fue publicado pro DC cómics a través de su sello Vértigo. Empezó a publicarse en septiembre del 2002 y terminó de hacerlo el año 2008, año en que también ganó el premio Eisner a la mejor serie. Es una serie de 60 números, que en España han sido editados en 11 tomos por Norma —hasta el tomo 4, números #17 de la versión USA— y Planeta de Agostini.

La serie se trata sobre lo siguiente: Un día cualquiera, de forma inexplicable y fulminante, algo arrasa a todos los hombres y portadores del cromosa Y de todo el planeta, incluyendo animales, espermatozoides, embriones, etc. Todo aquel ser vivo que haya tenido el cromosa Y cayó muerto de un segundo a otro. El mundo se sume en un momentáneo caos y confusión hasta que las mujeres, sobrevivientes de la "plaga" comienzan a tratar de que el mundo siga funcionando, aun sabiendo que la raza humana parece destinada a desaparecer.

No obstante, sucede algo extraño: Yorick, un muchacho joven, escapista por afición y su mascota, el chimpancé apodado Ampersand sobreviven inexplicablemente a la trama. Así, el joven se transforma en el último hombre sobreviviente de la Tierra, ignorante de lo que se está generando a su alrededor. Con la ayuda de la agente 355, la dra. Mann y otras aliadas que se irán sumando en su camino, el joven Yorick y su mono comienzan un viaje por el mundo con el fin de encontrarse con su novia, Beth, que se hallaba en Australia al momento del exterminio, y de descubrir qué fue lo que mató a todos los hombres. 

Es un cómic que en un comienzo no me atraía demasiado, ya que sonaba algo cliché y predecible, pero a medida que iba avanzando en los números se volvió adictivo y muy interesante. Destaco principalmente a los personajes de Hero, la hermana del protagonista —su evolución y los errores que comete la vuelven un personaje muy intenso y humano—, la agente 355 —aquel toque de rudeza, humor y secretismo hacen muy fluido el viaje y se transforma en el complemento perfecto para Yorick y la dra. Mann, cuyo pasado fue el que más me gustó, sin mencionar que su personalidad y la importancia de su participación —con el drama que conlleva enterarse en los números finales de la relación con su padre— la hacen un personaje muy entrañable y emotivo.

Las enemigas del número no me agradaron tanto. Las hijas de las amazonas perdieron su fuerza a lo largo de los números y los grupos militares no parecían lo suficientemente sólidos como para ser un contrapunto de peso para los héroes. Diría que el verdadero enemigo de todos ellos era la incertidumbre y los pequeños conflictos que se iban generando entre ellos. El final... Pues vaya, bastante agridulce y, aunque en cierto modo, no me lo esperaba del todo,  la escena final fue, a mi gusto, perfecta: precisa e ideal, aunque quizás el último número fue algo abrupto.

Con todo, es un cómic que, pese a la extensión, recomiendo encarecidamente. Los 60 números me los devoré en una semana y creo que incluso me hubiera gustado contar con algunos más para cerrar del todo la serie. No obstante, creo que sería para un lector nuevo una experiencia agradable si es que la dosifica, que los sorprenderá bastante y que le permitirá una lectura amena. 

Además, permite cuestionar varias cosas a lo largo de la trama. ¿Es el hombre realmente necesario para la vida humana? ¿A qué extremos llega la humanidad en su opresión mutua, en sus prejuicios y estereotipos? ¿Realmente vamos de camino a la igualdad y la justicia o simplemente nos dejamos arrastrar por la pasión irracional de nuestra aparente superioridad? Las mujeres del cómic se distinguen al responder a cada pregunta. Dependientes, aguerridas, serenas o autónomas; extremistas o prácticas. A veces basta un empujón para despertar odios dormidos ¿no?

Hasta la próxima x)

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