Adrenalina

lunes, 3 de septiembre de 2012

Cuando el péndulo marcó bastante pasadas de las diez, ella se dio cuenta de todo lo que aun tenía pendiente y que había aplazado hasta último momento. Algunos lo habrían llamado irresponsabilidad, flojera e incluso rebeldía. Pero ella sabía cuán diferente era la verdad y comenzó, con movimientos nerviosos y descuidados a realizar sus deberes como si el tiempo fuera sirviente personal suyo.

Después de todo, ¿acaso no hay mayor adrenalina en los tic tacs insistentes del reloj que en la responsable y quieta diligencia? «Tengo que buscar mejores argumentos para mi flojera», rió la chica al cerrar la libreta y comenzar a leer la primera guía.

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