Al borde del mundo

miércoles, 10 de octubre de 2012


«But you will survive somehow,
Because life starts now» ―Three Days Grace.

***
Este ha sido un año de sorpresas, sin duda. No sé si estarás de acuerdo conmigo, trovador contemporáneo, pero al menos para mí lo ha sido. A veces me sorprendo pensando mientras voy caminando rumbo a clases, ¿qué estarás haciendo? ¿Estarás en tu casa? ¿Estarás fuera? ¿En qué estarás pensando? ¿Cómo te vistes? ¿Hace mucho calor?

Otras veces me imagino que tú haces lo mismo y me siento decepcionada por el cine de mala calidad que mi vida real puede ofrecer a tu imaginación. Te imagino pensando en mis pasos exactos y rutinarios, una apuesta arriesgada y en sí halagadora, pero también algo triste. Otras veces mi imaginación llega más lejos y me río de mis propios pensamientos, como quizás tú te rías de los tuyos.

A veces pienso que el tiempo y la tecnología avanzan, pero que las personas seguimos iguales. Piensa en algunos siglos atrás. Quizás esto hubiera sido lo mismo. Un extranjero y una forastera. Solo cartas, quizás más lentas, estilizadas y furtivas, cruzando tierras y guardadas con el celo de un dragón que custodia su cueva del tesoro.

Está bien, está bien, quizás alguno de mis genes sepa tocar violín y recitar versos, pero estoy segura de que el resto lo mira con el ceño fruncido y vergüenza. ¡Quemad al cursi! A veces reflexiono y pienso en qué sentirás exactamente, proyectando escenarios en donde aparezco como Lindagirl y salvo al ciudadano despistado y espontáneo de sus propios pensamientos. A veces anhelo con todo mi corazón solo tener la palabra adecuada para el momento adecuado en el instante preciso.

Pero esto es la vida real. Y en realidad, todo esto no es más que divagaciones. Y como toda divagación, comenzó con una idea: ¿Recuerdas que este año se acaba el mundo? ¡Exacto! ¡Se acaba el mundo! ¡Kaboom! ¡Caput! ¡C’est fini! ¡Hasta la vista, baby! Cuando recuerdo ese pequeño detalle apocalíptico, bromeo conmigo misma. ¡Catorce años desperdiciadas estudiando sin provecho alguno! ¡Soy demasiado joven para morir! Je, curioso.

Pero ahora tengo un pensamiento nuevo: Si este año resultara ser el último, si los aliens nos invadieran y nos hicieran guiso, si el mundo explotara,si los polos comenzaran a bailar la conga, si se cortara la luz y volviéramos a la Edad de Piedra o tuviéramos que alimentarnos de rocas para sobrevivir, poco habría valido la pena.

Excepto algo.

Sí… ¡Las historietas de Batman!

No, ya en serio. Tú, pequeño y silencioso fantasma. Quizás sean solo días, horas, minutos, quizás no lleguen a transformarse más que en instantes ni en más que destellos. Pero mientras me abducen los aliens, ten por seguro que, a la vez que intento zafarme, estaré pensando en ti. Mientras la Tierra explota y piense todas las novelas, autógrafos, guiones de cómics y juicios brillantes que no habré logrado realizar nunca… mi corazón recordará que me crucé en tu camino y me enamoré de ti. Que me entregaste tu corazón de vagabundo desordenado y de escritor intenso.

Y así como París bien valió una misa… El amor de un fantasma bien valdría una vida.

Pero esperemos que los Mayas se equivoquen, ¿no es así?

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