Susurro: Malas metáforas

miércoles, 24 de octubre de 2012

Vergüenza y humillación que se entremezclan. Hay cosas más importantes, más profundas, hay inquietudes, mareas y tormentas de fuego que realmente merecen la atención, que se elevan contra todo pronóstico. Pero siempre es exactamente lo mismo: las mismas dudas, las mismas inseguridades, el mismo reflejo que arranca el corazón y envuelve en una oscuridad opresiva.

El reflejo maldito. Ese que persigue en cada rincón, aquel que se aparece siempre que se alzan los ojos para encontrarse. Cada centímetro parece retorcido, anormal, indeseable, odioso, repulsivo. Cada defecto, cada detalle, cada tontería, cada absurdo y cada pensamiento que se ocupa en un odio sin sentido. Las promesas, los intentos, una y otra vez que terminan en nada más que decepciones y en sueño rotos. En cobardías tan profundas que hacen temblar y que hunden el espíritu en lodo y sangre.

¿Qué más se puede hacer? Muchas cosas, sin duda. ¿Dónde está el valor? ¿Dónde está la belleza? ¿Dónde está la energía? ¿Por qué parece ser tan solo un pobre gusano asustado en la tierra, un punto en medio de la hoja en blanco que quiere desaparecer? Es tan solo un capricho, una tontería o quizás solo quiere creer que es así, para no sentir que eres el cuadrado en medio de los círculos o la bola en medio de las rayas. Estilizadas, elegantes, diferentes y perfectas. 

«Parezco una cría de quince» pienso al sentir las emociones agolpándose entre mis dedos y los pensamientos revolotear como lazos entre mi garganta. Sonrío entre el vacío y la amargura. Hay cosas más importantes que una cáscara repugnante y deforme, que las palabras condescendientes de bellezas contemporáneas.
Después de todo… siempre se puede pintar la cáscara. Si la pulpa está podrida, no hay nada que hacer… 

¿Verdad? Ruedo los ojos y observo la lista de pendientes. Esta fruta tenía demasiado qué hacer como para estrangular sus pensamientos en dolores imaginarios. Demasiado que escribir y vivir. Un segundo después, me prometo encontrar metáforas más adecuadas y cierro la ventana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Santa Template by María Martínez © 2014