Susurro: ¿En nombre de quién?

martes, 26 de febrero de 2013

Él se arrastró a través del sendero iluminado por la luna, jadeante y herido. Sabía que no sobreviviría si no lograba llegar al pueblo antes del amanecer, pero tampoco ponía sus fichas en esa apuesta. Con tal de que encontraran el mensaje en la bolsa que llevaba atada firmemente a la cintura y por el que había ofrecido su sangre a la tierra, nada más importaba. 

Se preguntó si ella lo extrañaría. Ja. Probablemente no. Probablemente se encogiera de hombros y besara los labios de otro hombre, uno diferente al último que había visto en su habitación, mientras ordenaba que le sirvieran una copa de vino. Dando los últimos pasos, el mensajero se apoyó contra las rejas de su ciudad. 

―Viva ―susurró antes de caer contra los fierros y que los guardias, a gritos, abrieran las puertas y lo llevaran a dentro. En su interior, el mensajero se preguntó a quién le dedicaba esa victoria. O si era una victoria en lo absoluto.

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